La MochilaA Mochila

Un elemento importantísimo para el Camino es la mochila en sí. A la hora de escogerla, creo que se debe de tener mucho cuidado e intentar valorar todos los aspectos que se dan cita a lo largo del Camino.
Hay factores fundamentales para este tipo de aventura, como la resistencia, el peso y la comodidad, pero también debemos tener en cuenta factores derivados, como por ejemplo la capacidad, así, es inútil comprar una mochila grande si vamos a llevar pocas cosas dentro. Debe de estar dimensionada de acuerdo con los objetos que vamos a poner en ella.
En mi caso, una cosa que tenía muy clara, es que la mochila no debía de pesar mas del 10% de mi peso corporal, es decir, como máximo 6 kilos. Entonces,  ¿qué iba a poner dentro?... debería de escoger con cuidado. La aventura iba a durar unos 20 días.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que las cosas innecesarias, o que se puedan comprar durante el camino, no van a formar parte de la expedición. Por ejemplo, pasta de dientes, con un tubo es suficiente. Cuando se termine, en la aldea donde estemos, compramos otro. Otro ejemplo es el caso de la cantimplora, en mi caso, no llevé. Simplemente al inicio del Camino compré dos botellines de agua de 500 ml, y los fui rellenando durante algunos días. Cuando empezaban a estar bastante "usados", compraba otros. En fin, este principio puede ser aplicado a la mayoría de los objetos que van en la mochila. En resumen, al inicio del camino, en la mochila llevaba un total de objetos cuyo peso, incluyendo la propia mochila era de 5,8 kilos. Los objetos que llevaba en la mochila, los detallo en los posts incluidos en el apartado "Materiales".
Ante todo, debemos probarnos la mochila, comprobar que nos resulta cómoda y debemos usarla unas cuantas veces durante los entrenamientos para acostumbrarnos a ella. Va a ser nuestra compañera inseparable durante bastantes jornadas.
En mi caso, me interesaba que fuese ventilada en el apoyo en la espalda, pues sabía que en época de fin de primavera - inicio de verano iba a tener bastante sol a mis espaldas. Recordar que siempre caminamos en dirección oeste, por lo que el sol durante todo el camino, tanto por la mañana como por la tarde nos va a dar en la espalda y nunca de cara.
Tambén los ajustes debemos intentar que sean cómodos, lo más acolchados posible. Durante tantos kilómetros si la mochila no esta bien ajustada puede provocarnos rozaduras en los hombros o en la espalda.
Es deseable que tenga ajuste pectoral, para unir los hombros, y si puede tener una bolsita en el cinturón para colocar las gafas de sol u otros enseres de uso frecuente, mejor que mejor.
Por último, la facilidad para acceder a su interior es importante, ya que si te sorprende la lluvia, tienes que ser rápido para alcanzar la capa antes de estar totalmente empapado. En este sentido, si la mochila tiene una apertura lateral vertical rápida, nos puede facilitar bastante la vida.
El peso de la mochila vacía es importantísimo. Contra menor, mejor.
Sobre impermeabilización, hay materiales suficientemente garantizados, e incluso puede comprarse una capa impermeable para cubrir la mochila. En mi caso, no utilicé este último accesorio.
Como resultado de todas estas características deseables, después de sopesar unas cuantas candidatas, me decidí por la mochila Forclaz 37 Ultralight (€40,00), de la marca Quechua. No me defraudó, es más, cumplió con creces las expectativas. Es super-ligera, pesando algo menos de 1 kg en vacío y con una capacidad de 36 litros. Muy cómoda, teniendo incluso una bolsa lateral con cremallera en el cinturón. La recomiendo. Durante el camino me encontré con un hecho insólito y es que una grandísima parte de los peregrinos estaban utilizando esta misma mochila, por algo será...

Vídeo sobre Forclaz Ultralight 37 de Quechua

Detalle delantero.

Detalle del apoyo en la espalda.