Bienvenidos. Hace algún tiempo realicé este singular camino, y me gustaría, compartir con vosotros, por un lado algunos datos técnicos que creo interesantes y por otro las vivencias, las situaciones, el conjunto de cosas que hacen del Camino una experiencia única que transciende la manera de ver la vida del peregrino y que va mucho más allá del mero hecho de caminar algunos kilómetros, de contemplar bellos paisajes, o de conversar con algunas personas, tanto hoy como desde hace siglos.
Bem-vindos. Já faz algum tempo que realizei este singular caminho e gostaria de compartilhar com vocês, por um lado alguns dados técnicos que acho interessantes e por outro as vivências, as situações, o conjunto de coisas que fazem do Caminho uma experiência única que transcende a maneira de ver a vida do peregrino e que vai além do simples fato de caminhar alguns quilômetros, de contemplar belas paisagens, ou de conversar com algumas pessoas, tanto hoje como desde há séculos.

martes, 17 de julio de 2012

Etapa 05: Torres del Río - Navarrete

Domingo, 17/06/2012
Distancia: 38,2 Kms
Como siempre me levanté tempranito, a eso de las 5:40, después bajé al bar, que imaginé que tal vez estuviese abierto. Creía recordar que ayer le había preguntado a la encargada y me había dicho que abría a las seis de la mañana, pero cuando entré vi que realmente estaba cerrado, en fin, me fui sin tomar nada. La puerta del bar estaba cerrada a la calle, pero por la parte de la piscina se podía abrir desde dentro para salir, así que en ayunas, comencé el camino del día de hoy. Quería parar en algún pueblo en el camino, después de haber andado una hora y media o dos, pero entre unas cosas y otras se hizo la hora del bocata, a eso de las 10:00.
Poco a poco, con un caminar lento para entrar en calor, abandono las calles todavía oscuras de Navarrete y salgo a una pequeña cuesta, una subida suave. Sobre las siete de la mañana paso por la linda ermita de La Virgen del Poyo. Hay bastantes subidas y bajadas, y como siempre, lo que me fastidia más son las bajadas, que son un verdadero castigo para las rodillas y las piernas.
Poco después, el camino que hasta aquí había sido de tierra, entra en la carretera, y por ella voy durante un buen trecho hasta llegar después de unas largas rectas a la ciudad de Viana, en donde entro pasadas las ocho y media de la mañana.
Viana es una ciudad de tamaño mediano, con aquel típico estilo antiguo de calles estrechas y laberínticas con casas de color ocre de dos o tres pisos con líneas rectas y algunos centenares de años,  y con bastantes edificios históricos, iglesias y el ayuntamiento entre otros. Tiene una linda plaza mayor, Plaza de los Fueros. No me paré en Viana, salvo para hacer algunas fotos y disfrutar sus calles medievales; preferí caminar un poco más y hacer un alto en el camino después.
Algunos kilómetros más tarde, encontré un merendero con mesas y bancos de madera, y me paré alli para comerme el bocadillo y el plátano. Eran las nueve y media. A las diez continué camino, vi un cartel donde se leía Logroño a 6,8 Km y La Rioja a 2,8 Km.
Entre pinos unas veces y otras al lado de la carretera, sobre las once de la mañana diviso la ciudad de Logroño y las dos torres de su catedral, y llego al centro de la ciudad pasadas las once y media, después de atravesar el puente de piedra sobre el río Ebro.
Entré en la catedral de Santa María de la Redonda para sellar la credencial. Supe que la misa estaba terminando tras preguntar a un feligrés que allí se encontraba, así que esperé un poco y cuando apareció el padre después de dar la bendición final, le pedí si podía sellar la credencial. Bien, cuando vas de peregrino, generalmente las personas se interesan por saber de donde vienes, como estás y esas cosas. El padre me pregunto de donde venía, así que le dije que venía de Brasil. Me respondió con una sonrisa traviesa... pero no vienes andando desde Brasil , ¿no?... Bueno, después de contarle un poco la historia, me dijo que en la sacristía había unas monjas que me sellarían la credencial... y así lo hicieron. Me quedé un poco contemplando la catedral por dentro y después sali de nuevo a la plaza. Como era muy temprano para comer, decidí continuar camino hacia Navarrete.
La salida de Logroño es larga, pero a diferencia de otras ciudades, es muy agradable ya que dejas la ciudad por un camino que conduce a la laguna de la Grajera. Es un camino preparado para las actividades deportivas de sus ciudadanos, con gran cantidad de árboles y lugares para descansar. Como era domingo, había una gran cantidad de personas paseando, corriendo, y también pescando en la propia laguna. Incluso me encontré con una fiesta andaluza, con caravanas y chiquillos vestidos con ropas flamencas.
El camino tiene un pequeño repecho y vuelve de nuevo a los viñedos y a la actividad agrícola. A las dos de la tarde, justo después de pasar un "Toro de Osborne", aparece dibujada en el horizonte la ciudad de Navarrete, destino final de etapa.
Una vez en la ciudad, busco antes de nada un restaurante para almorzar, y no me es nada fácil encontrarlo. A la entrada había visto unas propagandas del restaurante La Carioca, pero ni rastro de él. Después de andar la ciudad de punta a punta y de preguntar unas tres o cuatro veces, descubrí que el restaurante había cerrado. Después fui al restaurante de un hotel grande de Navarrete, que decía servir menú del peregrino, pero el camarero que atendía estaba tan poco interesado en los clientes que cuando me dejó esperando en la mesa, me fui. A la tercera fue la vencida y fui a caer en el restaurante Deportivo, que recomiendo enfáticamente; lo lleva un matrimonio creo, él italiano emigrado a España, ella española y cocinera, muy buena; me atendieron de una manera excelente. Por la tarde di algunas vueltas por la ciudad y después me recogí. Me hospedé en el albergue de "La casa del peregrino". El hospitalero, Ángel, es una persona muy querida y preocupado con los peregrinos. Estuve conversando principalmente con un peregrino coreano, Kim, al que acompañé en unas dos etapas; después perdí contacto. Hablamos bastante y, durante la conversación el coreano comenzó a cocinar un montón de huevos duros, pensé que estaba haciendo la cena para todo el albergue, pero al final se comió 6 huevos duros el solito y se bebió una botella de vino!

Amaneciendo (al fondo Torres del Río)


Ermita del Poyo (Torres del Río)


Amapolas en el Camino (entre Torres del Río y Viana)


A media hora de Viana


Viana


Puente de Piedra sobre el río Ebro (Logroño)


Calle de los Portales y Catedral de Logroño


Plaza del Mercado (Logroño)


Navarrete


Iglesia de la Asunción (Navarrete)

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